
Valentina
Outreach
Historias de Ucrania –
El día que se fue el último de mis amigos, lloré desconsoladamente todo el día. Sabía que no podía irme. Mi madre es discapacitada y no había forma de sacarla. Cuando salí a comprar comida para mi madre y mi hijo, tuve que aprender a conducir junto a los tanques para llegar al supermercado.
Mi cumpleaños es el 23 de febrero, así que esa noche mis amigos me organizaron una fiesta y nos divertimos muchísimo. Nunca imaginé que a la mañana siguiente me despertaría con el sonido de las bombas. A pesar de los ataques, me preparé y fui a trabajar ese día, ya que tenía varias citas importantes. Sin embargo, los ataques solo aumentaron, y me di cuenta de que debía buscar un lugar seguro donde esconderme.
Resulta que mi apartamento era el lugar más seguro de todas las casas de mis amigos, así que durante varios días tuvimos a 10 personas y un perro tirados en colchones en mi sala y el pasillo. Sin embargo, a los pocos días, nos dimos cuenta de que la guerra no iba a terminar pronto y, uno a uno, mis amigos reunieron a sus familiares y huyeron del país.
El día que se fue el último de mis amigos, lloré desconsoladamente todo el día. Sabía que no podía irme. Mi madre es discapacitada y no había forma de sacarla. Cuando salía a comprar comida para mi madre y mi hijo, tenía que aprender a conducir junto a los tanques para llegar al supermercado. Varias veces tuvimos que huir del supermercado debido a los ataques aéreos. Sentía una gran tristeza por todos los que me rodeaban, que no conocían a Dios y no tenían a quién acudir con su miedo y dolor. Yo, en cambio, podía confiar en que el Señor me protegería, y agradecía haber sido, en la lucha, una luz para quienes me rodeaban.
Ahora, hay un grupo de nosotros en el vecindario que nos ofrecemos como voluntarios para conducir y entregar artículos a quienes no pueden salir por sí solos. Juntamos todo el dinero que encontramos y repartimos comida y otros artículos para los ancianos y las personas con discapacidad. Sé que conducir es peligroso, pero es mi decisión. Puede que no sea un soldado, pero soy un luchador y seré parte de nuestra gran victoria.


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