Ningún niño se queda atrás

Entra en un aula en Gaza o Cisjordania y verás niños como en cualquier otro lugar: mochilas, cuadernos, charlas ruidosas. Pero si observas con más atención los libros de texto, los carteles en las paredes o las historias que les piden escribir, algo empieza a resultar alarmante. La lección no es solo matemáticas o lengua. Es identidad. Una identidad de resistencia.

Los libros de texto incluyen poemas que glorifican la muerte en combate. Los estudiantes memorizan los nombres de los terroristas suicidas, no como criminales, sino como héroes. Los mapas de sus libros de texto no mencionan a Israel. Y las fiestas de fin de curso en el jardín de infancia pueden incluir recreaciones de secuestros y linchamientos de judíos.

Durante los meses de verano, los campamentos infantiles incluyen entrenamiento de combate simulado: gatear por túneles y portar rifles de imitación. Luchar contra el enemigo está bien, pero morir como mártir es aún mejor.

Esto no es casual. Es estratégico. También es la razón por la que, tan solo en los últimos meses, Hamás logró reclutar a 30.000 nuevos combatientes palestinos, en su mayoría adolescentes. Y con más del 40% de la población de Gaza menor de 15 años y una tasa de natalidad de 3,38 hijos por mujer (una de las más altas del mundo), la oferta de nuevos soldados parece inagotable.

Lo que impulsa esta ideología no es solo la política, sino también la teología. La doctrina islámica radical enseña que el islam algún día gobernará el mundo. Por lo tanto, la paz con Israel no solo es indeseable, sino herética. El Alá del islam detesta especialmente al Dios de Israel, y por lo tanto, los cristianos también encabezan la lista de los menospreciados.

Por supuesto, muchos musulmanes en todo el mundo no practican este extremismo. Pero quienes dirigen las escuelas de Gaza y Cisjordania sí lo hacen.

Cisjordania (Judea y Samaria): el sistema paralelo de la Autoridad Palestina

Si bien el enfoque violento de Hamás es difícil de pasar por alto, el de la Autoridad Palestina (AP) de Cisjordania es más difícil de detectar porque es más sutil. Su objetivo es aniquilar a Israel intelectual y legalmente. Sus libros de texto borran la historia judía, glorifican a los terroristas y niegan categóricamente la legitimidad histórica y actual de Israel.

¡Esta es la Autoridad Palestina que afirma ofrecerse a tomar el control de Gaza! Como es bien sabido, la AP en Judea y Samaria (Cisjordania) otorga el máximo respeto a sus principales prisioneros, con salarios mensuales para ellos o sus familias. La cantidad aumenta cuantos más judíos ha matado o herido un terrorista.

Los mensajes sutiles, aunque no tan sutiles, incluyen nombrar escuelas en honor a terroristas. Por ejemplo, la Escuela de Niñas Dalal al-Mughrabi en Hebrón lleva el nombre de la mujer responsable de la Masacre de la Carretera Costera de 1978, en la que murieron 35 israelíes. O bien, la Escuela Primaria Amin al-Husseini en Ramala, que honra al Gran Muftí que colaboró con la Alemania nazi. En redadas y operaciones militares, los soldados israelíes suelen encontrar ejemplares de "Mi Lucha", "Los Protocolos de los Sabios de Sión" y otros libros infantiles antijudíos en hogares y escuelas musulmanes.

Este sistema envenena a los niños pequeños, quienes, para cuando puedan articular algunas palabras, te dirán que están listos para morir como mártires. Cabe destacar que este entrenamiento no solo comienza en la escuela. No es raro ver a padres con sus hijos pequeños en brazos, expresando su esperanza de que algún día se conviertan en mártires. Este es posiblemente el peor caso de abuso infantil masivo que ocurre hoy en día. Pero, por supuesto, esas madres y padres pasaron por el mismo sistema escolar.

Un hecho que moldea el Medio Oriente

He aquí un hecho creado por las Naciones Unidas del que pocas personas son conscientes, fuera de los funcionarios de la ONU.

Los hijos de refugiados de cualquier nación del mundo no se consideran refugiados, salvo en casos especiales. ACNUR, la organización para los refugiados de todas las naciones excepto Palestina , no define la condición de refugiado como hereditaria . Su misión, en cambio, es integrar a todos los refugiados localmente en los países de acogida o reasentarlos en terceros países si no pueden regresar a su hogar de origen. Así lo establece la ley. El objetivo es evitar que la condición de refugiado se perpetúe de generación en generación.

Sin embargo, UNRWA, la organización de la ONU dedicada exclusivamente a los palestinos, permite que todos los descendientes de refugiados palestinos hereden automáticamente la condición de refugiado . Incluso si un palestino nació en otro país y nunca ha vivido en Israel ni huido de él, se convierte automáticamente en refugiado palestino. Así lo establece la ley. Desde ahora y para siempre.

Con su alta tasa de natalidad, los palestinos que viven en Oriente Medio y otros lugares ascienden a casi 15 millones. Cientos de miles de ellos tienen ciudadanía mundial, pero aún son reclamados como refugiados por las naciones islámicas y ateas de la ONU, que no reconocen la naturaleza histórica de la Biblia. Para ellos, Israel es un pequeño país obstinado e ilegítimo.

El nuevo pueblo palestino

Pero debemos hacernos una pregunta muy básica: ¿De dónde vienen estos palestinos?

Irónicamente, antes de 1948, el término "palestino" se utilizaba para describir a todos los habitantes locales de la región, incluyendo a los judíos . Lo habían utilizado el Imperio Otomano y, posteriormente, los británicos, pero nunca para identificar a un grupo étnico, hasta el renacimiento de la nación judía. Después de 1948, los judíos abandonaron el término "judíos palestinos" por "judíos israelíes".

Como ya nadie en el Israel moderno utilizaba el término, Yasser Arafat, líder egipcio, se apropió del término «pueblo palestino» en 1964. Arafat decidió unificar a los árabes locales que habían emigrado de las naciones árabes vecinas. En 1974, se dirigió a la Asamblea General de la ONU presentando a su nueva «tribu» con un nombre que vincularía estratégica e irrevocablemente su identidad con la tierra.

Lo vi suceder

En realidad, la historia palestina es tan reciente que recuerdo haber presenciado personalmente la transformación cuando emigré a Israel en la década de 1960. En aquel entonces, ningún árabe se consideraba "palestino". Se identificaban como jordanos, sirios, egipcios, turcos o de dondequiera que vinieran. Si llevaban un par de generaciones en Tierra Santa, solían considerarse árabes con ciudadanía británica. Si se fijan, incluso verán que el Plan de Partición de la ONU de 1947 se definía legalmente entre "árabes y judíos", ya que el concepto de árabes palestinos indígenas aún no se había establecido.

Entonces Arafat declaró que los árabes eran descendientes de los filisteos de la antigua ciudad de Gaza y que habían vivido allí durante miles de años. No importa que los verdaderos filisteos nunca vivieran ni gobernaran toda la tierra del antiguo Israel. Pero hoy, incluso reconocidos profesores árabes insisten en que esto es cierto, aunque cualquier historiador honesto sabe que los filisteos desaparecieron de Gaza y de la historia en el siglo VII a. C.

¿Quiénes eran los filisteos originales?

Sin duda, los historiadores saben que los antiguos filisteos no eran árabes. Entre los últimos investigadores que han investigado el origen de los filisteos se encuentra la Expedición Leon Levy de 2019, que publicó los resultados de pruebas genéticas realizadas en restos antiguos de la ciudad filistea de Ascalón. Sus pruebas genéticas concluyen que su origen está en Creta o en la región del Egeo, que actualmente constituye el sureste de Europa.

La primera vez que la Tierra Santa fue rebautizada como “Palestina” en lugar de Judea fue en el año 135 d. C., siglos después de la desaparición de los filisteos, por un enojado emperador romano llamado Adriano, que quería borrar todo recuerdo de la tierra y el pueblo de Judá.

En cualquier caso, existe amplia evidencia histórica de que algunos judíos mantuvieron una presencia continua en Jerusalén y otras aldeas desde la destrucción del Templo. Y hubo beduinos que vagaban con sus rebaños siguiendo las estaciones bajo la mirada amistosa del Imperio Otomano Islámico. Pero no existía un pueblo, una nación ni un gobierno palestino, y mucho menos un pueblo árabe palestino.

Sin embargo, este mito de los palestinos árabes modernos persiste porque sirve al objetivo central del currículo islámico para niños: negar al Estado de Israel el derecho a existir.

¡El regreso!

Todo empezó a cambiar cuando el Imperio Otomano se derrumbó y los británicos tomaron el poder. Unos años antes, los judíos habían comenzado a llegar poco a poco a su antigua patria, y luego la afluencia se intensificó a medida que los judíos huían de los pogromos de Rusia.

A medida que los judíos comenzaron a reconstruir la tierra, los árabes de los países vecinos emigraron para aprovechar las nuevas oportunidades económicas. Sin embargo, cuando los árabes influyentes comprendieron las consecuencias religiosas de que los judíos compraran las tierras áridas que habían reclamado durante siglos, iniciaron violentas protestas y batallas contra ellos.

Para detener la feroz violencia de los árabes, Gran Bretaña, que supervisaba la región de Palestina después del final de la Primera Guerra Mundial, simplemente prohibió la inmigración judía a su patria durante muchos años, mientras permitía a los árabes entrar libremente.

En 1948, la población judía era de 650.000 personas. La población árabe era de 1,3 millones.

Si Gran Bretaña no hubiera tomado una decisión tan atroz, habría habido varios millones más de judíos desesperados que huían del Holocausto y que podrían haber llegado a las costas de Israel. Mi suegra y su familia estuvieron entre quienes se les negó la entrada al huir de Europa.

UNRWA: Un motor global de radicalización

Pero ¿por qué las Naciones Unidas, repletas de representantes inteligentes y de élite, se dejarían engañar por una representación fabulosa de una antigua tribu que ahora habita en Gaza? ¿Por qué las naciones europeas y occidentales donarían dinero de los impuestos de su propio pueblo a líderes palestinos que, a sabiendas, preparan a sus hijos para amar la muerte?

UNRWA, una agencia de las Naciones Unidas que existe exclusivamente para los palestinos , ha canalizado miles de millones de dólares a los sistemas educativos palestinos por parte de naciones que saben que Hamás promueve el terrorismo y cuya única razón de vida es destruir a Israel. Solo en 2023, UNRWA envió 450 millones de dólares directamente a las escuelas palestinas y 1.460 millones de dólares en total en ayuda. Esta cifra ascendió a 1.600 millones de dólares en 2024. Cabe recordar que todo este dinero se destinará a solo unos 5 millones de árabes en las zonas en disputa de Gaza y Cisjordania.

A pesar de la evidencia generalizada de materiales extremistas y adoctrinamiento, la UNRWA continúa operando con financiación internacional. (Aunque, por primera vez —justo el mes pasado—, Israel finalmente decidió cerrar las escuelas de la UNRWA en Jerusalén Este). Independientemente de si a alguien le gusta Israel o no, todos deberían estar de acuerdo en que la ONU debe apoyar la crianza de los niños para vivir y amar la vida como un derecho humano fundamental.

Pocos occidentales son realmente conscientes de que prácticamente todos los organismos y programas de las Naciones Unidas y sus entidades afiliadas han sido infiltrados por organizaciones militantes con influencia islámica y su personal.

¿Cómo es posible? Sencillo. Cincuenta y tres de los 193 países de la ONU son islámicos. Pertenecen a la Liga Árabe o a la Organización de Estados Islámicos. Y con un poco de ayuda de sus amigos, controlan casi todas las actividades de las Naciones Unidas, ya que la mayoría de los países europeos se suman a la iniciativa.

¿De qué otra manera se explicaría que entre 2015 y 2025 la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptara 164 resoluciones contra una nación, Israel, frente a 85 resoluciones contra las otras 192 naciones, incluidas Corea del Norte e Irán?

Es un sistema que funciona exactamente como la ONU lo desea. Por eso, los palestinos son los únicos "refugiados" en la historia del mundo que han permanecido como refugiados durante 75 años. Hoy en día, el período promedio que las personas desarraigadas de cualquier país del mundo permanecen como refugiados es de 20 años.

Acepta tu llamado

Mi esposo suele decir: «No hay bendición de Dios para un pueblo que asume el nombre y la misión de los antiguos enemigos de Israel». Pero más allá de eso, cuando uno se apropia de la identidad de otro, por defecto pierde la suya. Los filisteos ya sufrieron la maldición definitiva de la asimilación y la extinción de un pueblo. Los árabes, en cambio, siguen destinados a ser bendecidos.

Tanto judíos como árabes son descendientes de Abraham. Dios no les dio la tierra de Canaán; ¡de hecho, les dio mucho más! (Considere los 22.072 km² de Israel frente a la superficie de los países árabes: 13.132.327 km²).

Tanto los cristianos sionistas como los creyentes judíos deben aceptar que la lucha por el corazón y la mente del mundo árabe es también una lucha por Israel. Y esa lucha puede comenzar con la concientización sobre el sistema educativo en el mundo árabe, especialmente en Gaza y Cisjordania. Sin duda, hasta que sus libros de texto yihadistas sean eliminados de la corriente principal, el extremismo islámico jamás será erradicado.

Dios ama al pueblo árabe y desea que la salvación llegue a las 21 naciones árabes musulmanas, ¡sin excluir a las otras 35! Busca colaboradores que oren y busquen su rostro para que ningún niño crezca como un simple arma en manos de hombres malvados.