Operación Amanecer

Acabábamos de aterrizar en Israel tras varias semanas en la carretera con la gira Maoz Israel Worship. Estaba luchando contra el jet lag y decidí que lavar el coche con mi hijo de seis años nos ayudaría a los dos a mantenernos despiertos. El aire de la tarde en Jerusalén era cálido y ventoso, como suele ser a esa hora del día en esta época del año. Jerusalén es mágica en este sentido: por mucho calor que haga en verano, la tarde siempre es fresca y refrescante. Mientras salpicábamos el coche con agua y espuma de jabón, se oía música folclórica israelí en directo procedente de una boda en el patio de nuestro vecino. Nada en aquella noche me habría hecho pensar que en 24 horas estaríamos sobrevolando Gaza y yo estaría comprobando si nuestro personal había sido llamado a filas como reserva.

El año pasado

Todo empezó tan rápido que pilló desprevenidos a muchos israelíes. Pero lo que a mí me pilló desprevenido fue la calma que se respiraba cuando ocurrió. Todo esto contrastaba fuertemente con el mes de mayo del año pasado, cuando en los días previos a la Operación Vigilantes en los Muros, en la que Hamás atacó Israel con 4.360 cohetes, el aire estaba cargado de rabia. No hacía falta ver las noticias para saber que algo estaba pasando. La agitación en el aire afectaba a todos en las calles.

También el año pasado, cuando Hamás empezó a amenazar a Israel, Israel esperó a que Hamás disparara el primer tiro. Si bien esto dio a Israel la carta de "ellos empezaron" para entregar a la comunidad internacional, también dio tiempo a Hamás para organizarse. Así, tuvo tiempo de colocar sus lanzaderas de cohetes en zonas residenciales, poniendo en peligro a más civiles gazatíes e israelíes. También tuvieron tiempo de agitar los ánimos en las comunidades árabes de todo Israel.

Antes incluso de que volaran los cohetes, se estaban produciendo disturbios en varios barrios de Jerusalén. Cuando la operación estaba en pleno apogeo, miles de israelíes-árabes habían organizado marchas por las principales ciudades de Israel. Coreaban contra Israel, algunos lanzando cócteles molotov ardiendo por las ventanas de los apartamentos, mientras las familias judías se encerraban en casa. Era claramente una manifestación espiritual de oscuridad y fue lo más tangible que recuerdo haber experimentado a nivel nacional.

Y aquí estábamos un año después con una operación que era básicamente un acontecimiento de "parpadea y te lo puedes perder".

Este año - ¿Quién empezó? 

Una de las razones por las que los combates de este año parecieron menos caóticos en general es que el enemigo era, de hecho, menor. La Yihad Islámica Palestina (YIP), financiada por Irán, es una organización terrorista mucho más pequeña y con mucha menos influencia que Hamás. Y aunque querían que Hamás se uniera a ellos en la lucha, Hamás se negó. A su vez, las Fuerzas de Defensa Israelíes (IDF) se comprometieron extraoficialmente a evitar atacar al personal y los bienes de Hamás.

Por extraño que pueda parecer, aunque Hamás ha jurado la destrucción de Israel, hay ocasiones en las que Israel y Hamás "cooperan" en un esfuerzo que sirve a ambas partes. (Lo sé, "Oriente Medio es una criatura extraña", como decimos en hebreo). Israel no estaba realmente interesado en aventurarse en Gaza, y Hamás, que es la entidad gobernante en Gaza, todavía estaba reconstruyendo y aún no estaba preparada para otra ronda después del golpe que recibió en el altercado del año pasado con Israel. Israel también ha estado permitiendo que 20.000 gazatíes (con autorización de seguridad) crucen la frontera a diario para trabajar, y atacar Israel significaría la pérdida instantánea del trabajo para muchas familias. Durante varios días, Egipto y Hamás intentaron controlar a la Yihad Islámica. Sin embargo, la Yihad Islámica no sólo continuó con sus amenazas, sino que cortejó agresivamente a otros grupos terroristas para que se unieran a ellos en esta lucha.

Mientras las noticias internacionales se centraban en el viaje de Nancy Pelosi a Taiwán, pocos medios de comunicación se hicieron eco de la cuestión en Israel. Aun así, empezamos a recibir preguntas de nuestros lectores sobre lo que estaba ocurriendo. "¿Cómo empezó y quién lo empezó?" era lo que la mayoría de la gente quería saber. Es cierto que la respuesta técnica en el caso de la Operación Amanecer es que Israel disparó primero. Pero como suele ocurrir con la complejidad de Oriente Próximo, el contexto lo es todo.

Unos días antes de que comenzara la operación, mientras subíamos a un avión para regresar a casa en Israel, ojeé las noticias y vi algo sobre una detención en Yenín (ciudad famosa por el número de terroristas que ha engendrado). Al parecer, Israel había interceptado conversaciones de los servicios de inteligencia sobre un ataque inminente en suelo israelí. Ese mismo día, antes del amanecer, las FDI efectuaron una redada en 39 lugares y detuvieron a 13 personas, entre ellas Bassem Saadi, dirigente del PIJ.

La PIJ montó en cólera por las detenciones y se intensificaron las habladurías sobre un ataque inminente contra israelíes. Incapaz de localizar a los posibles atacantes, Israel levantó barricadas y cerró todas las ciudades israelíes situadas en un radio determinado de Gaza en un intento de frustrar el ataque a gran escala. Se cancelaron bodas y otras celebraciones. Se cerraron empresas y decenas de miles de israelíes no pudieron ir a trabajar ni salir con sus familias a lugares como la playa o el parque.

Lo más difícil de este encierro fue que se produjo tras dos años de encierros COVID y, al igual que en aquellos, a nadie se le dijo cuánto duraría éste. Los israelíes que viven cerca de Gaza comprenden los riesgos que conlleva la vida allí y siguieron de cerca las instrucciones de los militares. Aunque hay que admitir que algunos agricultores se escabulleron por la noche para comprobar sus cosechas y los sistemas de riego. Sólo necesitaban uno o dos días de calor desértico para acabar con toda una cosecha si sus cultivos no recibían la hidratación adecuada. Y aunque el gobierno reembolsa los daños causados por la guerra, etc., esos reembolsos pueden tardar años en llegar.

Tres días después del bloqueo, la YIP empezó a celebrar su "victoria sobre el régimen sionista" con imágenes de playas gazatíes llenas de gente mientras la playa israelí más cercana a Gaza estaba vacía y sus residentes encerrados en sus casas.

Todo el mundo sabe que a Israel no le gusta aventurarse en Gaza, ya que hacerlo (incluso por razones justificadas) es siempre un quebradero de cabeza internacional. Por ello, Israel es conocido por aguantar hasta que le disparan primero, razón por la cual la PIJ nunca vio venir la Operación Amanecer. 

Operación Amanecer

Eran las 16:16 (16:16 horas) del viernes por la tarde cuando Israel hizo estallar bombas planeadoras de alta precisión en las paredes del piso cinco del piso franco de Tayseer Jabari. Las explosiones lo enviaron a él y a otros 15 terroristas que estaban con él a encontrarse con su Creador, pero dejaron el resto del edificio de apartamentos residencial prácticamente intacto. El PIJ estaba tan desprevenido que tardó varias horas en empezar a lanzar sus primeros cohetes contra ciudades israelíes.

Los israelíes cercanos a la franja de Gaza ni siquiera se molestaron en poner la mesa para la comida del sábado y se llevaron la comida a sus refugios antiaéreos. Las noticias de la noche se pusieron en modo guerra y se cancelaron todos los programas habituales. Nos dijeron que todas las zonas en un radio de 80 kilómetros de Gaza debían estar en alerta. Jerusalén está a 76 kilómetros. Me quedé medio dormido con la radio encendida toda la noche. En algún momento del sábado, mi febril hijo de seis años dio positivo en COVID.

Noticias israelíes

En Israel, los principales sitios de noticias no publican artículos en sábado. Hay que apreciar que, incluso en el competitivo mundo de los medios de comunicación, Israel da prioridad a un día para la familia y el descanso. El modo guerra, sin embargo, lo cambia todo. Un aluvión casi ininterrumpido de cohetes se disparaba arriba y abajo de la costa de Israel, llegando incluso a Tel Aviv. Esto significaba que la mitad de la población de Israel estaba amenazada, y la gente de Israel necesitaba saber lo que estaba ocurriendo.

Me desperté el domingo por la mañana, después de otra noche de jet lag con un niño enfermo, con el sonido de unos muebles pesados tirados en el suelo del piso de abajo. Estaba pensando quién podría haber estado recogiendo muebles a esas horas de la madrugada cuando me di la vuelta para mirar el teléfono y vi la noticia de última hora de que habían disparado contra Jerusalén. Al darme cuenta de que lo que había oído eran cohetes interceptados por la Cúpula de Hierro sin haber oído antes una sirena, me levanté de la cama al instante. ¿Funcionaban mal las sirenas? ¿Se acercaban más cohetes?

Afortunadamente, las noticias no tardaron en explicar que ahora la nueva tecnología podía determinar con mayor precisión en qué barrios podían caer cohetes y, por tanto, limitar las sirenas a esas zonas. El objetivo era interrumpir lo menos posible la vida cotidiana en Israel durante los ataques, y ésta era una forma de conseguirlo. Así que oír explosiones de la nada sin oír sirenas puede ser estresante, pero no era una avería.

Las noticias informaron sobre historias personales, como familias cuyas casas fueron alcanzadas mientras estaban obedientemente en sus refugios antiaéreos. También presentaban a un israelí de origen persa que transmitía en directo en farsi a los iraníes lo que estaba ocurriendo en Israel. No pude evitar sonreír cuando informaron de cómo los israelíes ayudaban a calmar a los turistas después de que varios cohetes hubieran sido interceptados por la Cúpula de Hierro justo sobre las aguas de la playa de Tel Aviv. Los israelíes están acostumbrados a proyectar calma cuando están amenazados, especialmente cuando hay niños cerca, así que ayudar a calmar a los turistas fue algo natural.

Noté un cambio en la terminología a medida que llegaban los informes. Mientras que antes el recuento de muertos se dividía en una categoría de "militantes" y otra de "civiles inocentes", ahora las FDI los denominaban "personas no implicadas". Esto se debía a que a menudo es demasiado difícil determinar si una baja no identificada era realmente un "civil inocente" o un "militante fuera de servicio" que simplemente estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado. Tal fue el caso de dos agentes de policía afiliados a Hamás que murieron cuando Israel atacó y eliminó a un militante de la PIJ. (Recordemos que Hamás no participó en esta ronda de combates, por lo que sus hombres se considerarían "no implicados").

Al anochecer del sábado, las FDI habían abatido al comandante de la Yihad Islámica Palestina en el sur de Gaza y el domingo por la mañana los medios de comunicación anunciaban que las FDI habían eliminado a toda la cúpula de la Yihad Islámica Palestina en Gaza.

Poner en peligro a los tuyos 

Tenemos un amigo en el sur de Israel que fabrica joyas y otras piezas de arte con los restos de los cohetes lanzados contra Israel por Hamás. Cuando visitamos su taller, nos mostró cómo las carcasas de algunos de los cohetes estaban hechas de cosas como postes de alumbrado público y otras tuberías grandes llenas de explosivos. Con la naturaleza "casera" de estas armas, no es de extrañar que no puedan apuntar bien. De los más de 1.100 cohetes lanzados por la PIJ contra Israel el mes pasado, entre 120 y 200 fallaron y cayeron dentro de Gaza. Y como los terroristas se protegen mejor de los contraataques israelíes disparando desde una zona residencial, cuando sus cohetes fallan, no es raro que caigan en esa zona residencial.

Veinticuatro horas después de iniciada la operación, los ataques milimétricos de las IDF habían tenido bastante éxito al causar un número mínimo de bajas no deseadas o de grandes errores desgarradores. Entonces, el sábado por la noche, fuentes de Gaza empezaron a culpar a Israel del bombardeo de una casa en el que murieron cinco niños y varios adultos. Este tipo de tragedias son momentos de propaganda para los dirigentes palestinos, que intentan convencer a los líderes mundiales -y a su propio pueblo- de que Israel "ataca a los bebés palestinos a propósito."

En respuesta, se publicaron imágenes con marca de tiempo de un lanzamiento de cohetes de la PIJ en el que uno de sus cohetes caía cerca de esa zona residencial. Las IDF, que han asumido públicamente la responsabilidad de sus errores en el pasado, rechazaron la afirmación, explicando que ni siquiera estaban presentes en esa zona cuando se produjeron las explosiones. De la noche a la mañana se culpó a Israel de otra casa en Gaza con víctimas civiles, aunque las IDF tampoco estaban atacando esa zona en ese momento. Incluso Associated Press, que suele ponerse en contra de Israel, admitió que cuando enviaron a sus periodistas a investigar, las pruebas apuntaban a un lanzamiento fallido de cohetes y no a un ataque israelí.

Debido a su escaso armamento, al final de esta batalla de tres días, la PIJ había causado más daños a sus propios "civiles no implicados" que Israel.

De los casi 1.000 cohetes que llegaron a Israel, la mayoría cayeron en zonas abiertas. Unos 380 fueron considerados una amenaza para los israelíes e interceptados por la Cúpula de Hierro con un 97% de éxito. Los que no alcanzaron la Cúpula de Hierro cayeron y destruyeron viviendas, pero no hirieron a nadie, ya que los israelíes se mostraron muy disciplinados a la hora de obedecer las órdenes de entrar en sus refugios antiaéreos. Los que terminaron en el hospital en el lado israelí estaban siendo tratados por shock/desorden de estrés postraumático, ataques cardíacos por el estrés y lesiones accidentales como resbalones mientras corrían hacia el refugio antibombas.

El domingo, con los dirigentes de la YIP temporalmente paralizados (pronto serán sustituidos, por supuesto, por los siguientes en la línea), el número de muertos bajo y la amenaza inmediata de ataque contra israelíes desactivada, Israel tomó la decisión correcta de salir.

Todo el mundo sabe que éste no será el último asalto. Los cohetes volverán a caer sobre nosotros, ya sea dentro de una semana o de unos años. Ellos seguirán luchando y criando a sus hijos para que luchen contra nosotros, y nosotros seguiremos defendiéndonos y criando a nuestros hijos para que nos defiendan. En la naturaleza, no hay término medio. Ellos no pararán y nosotros no pararemos. Quieren nuestra tierra y nosotros no tenemos adónde ir. Nuestra única esperanza es la promesa que Dios nos hizo de que llegará el día en que traerá su paz a nuestras costas.

Nosotros, Israel, estamos a merced del plan de Dios para nosotros. Es Él quien nos eligió para vivir en esta tierra y adorarle aquí. El que nos trajo de las naciones y prometió limpiarnos y darnos un corazón de carne y movernos a seguirle. Hay una fuerza que no quiere ver esta profecía cumplida. Una fuerza que quiere ver a Dios fallar en lo que El dijo que haría. Lo que ellos fallan en entender sin embargo, es que la única cosa que Dios no puede hacer, es fallar.