El salto de fe de una familia drusa

¡Shalom desde Jerusalén!

Como habrán deducido de los artículos de este informe, para los drusos, ser druso es un honor, un privilegio. Una herencia inestimable.

Y aunque los drusos son ferozmente protectores de los suyos, pueden ser igual de agresivos contra alguien de su comunidad que decide abandonar sus costumbres.

Mientras cubríamos la tragedia que ocurrió este mes, nos comunicamos con nuestra red de más de 100 congregaciones en Israel para ver si había algún druso que hubiera llegado al Señor a quien pudiéramos ayudar.

Un pastor, amigo cercano nuestro, respondió compartiendo información sobre miembros de su congregación que provenían de la comunidad drusa. Para protegerlos de la persecución, evitaremos compartir todos los detalles, pero aquí les presentamos algunos.

Joud (nombre ficticio), su esposa y sus numerosos hijos han pagado un alto precio por la decisión de seguir a Yeshúa y han experimentado muchas dificultades. Durante años, Joud ha trabajado la mayor parte de su vida en el mantenimiento con un salario modesto, pero se aseguró de que cada centavo que les sobrara se destinara a la educación de sus hijos.

Sus hijos ya son adultos; uno es oficial del ejército y otro trabaja en la policía. Tres de sus hijos han servido en el ejército, y el menor acaba de matricularse para estudios superiores. No es poca cosa para una familia de escasos recursos.

Pero justo cuando este hito les trajo gran alegría, Joud recibió este mes la noticia de su despido del trabajo que había desempeñado durante años, ya que algunas personas influyentes decidieron cederle el puesto a un familiar (es algo propio de la cultura de Oriente Medio). Tanto Joud como su esposa padecen graves problemas de salud. Por lo tanto, a sus 59 años, debe buscar un nuevo trabajo para mantener a su familia, en una comunidad que se opone a su creencia en el Nuevo Pacto.

Afortunadamente, tienen una casa que ha pertenecido a la familia durante generaciones, pero su pastor señaló algunas necesidades específicas con las que han estado luchando durante muchos años y que solo costarán $13,000 solucionar.

Es evidente que aceptar el mensaje del perdón de los pecados y una relación personal con Dios a través de Yeshúa es una de las decisiones más valientes que un druso puede tomar. Y queremos honrar a los valientes entre nosotros.

¿Quieres unirte a nosotros para bendecir a esta familia cristiana drusa?

Joud y su familia están entre los pocos, los primeros frutos de la comunidad drusa, ¡y creemos que esta comunidad en Israel crecerá!

Juntos por los más pequeños,

Kobi y Shani Ferguson