Como padre, una de las partes más aterradoras de criar a niños creyentes en Israel es saber que sólo tienes 18 años para inculcarles un profundo amor por Dios y una fuerte columna vertebral, porque será el ejército el que se encargue de desmenuzarlos hasta la médula y convertirlos en soldados.
"Ahora los soldados solitarios tienen un espacio dedicado a ellos con personas entregadas que esperan y están dispuestas a amar, cuidar y nutrir a los defensores de Israel".
Uno de los creyentes israelíes más firmes que he conocido me dijo mientras estaba en el ejército: "Mi objetivo era salir al final de mi servicio militar y seguir pudiendo decir: 'Creo en Dios'". No estaba vacilando en su fe; todo lo que sentía que podía lograr mientras estaba en el ejército era simplemente aferrarse a lo que sabía que era verdad mientras lidiaba con la presión y las tentaciones de estar con jóvenes de 18-20 años no creyentes día tras día sin forma de escapar. Esta lucha crea una increíble sensación de soledad.
El mayor regalo que se le puede dar a un soldado que desea seguir los caminos de Dios es un sentido de pertenencia y un lugar de descanso espiritual y físico. Ese lugar suele ser el hogar con sus familias, donde los soldados van los fines de semana. Sin embargo, los "soldados solitarios" no tienen familias en Israel a las que volver. En colaboración con Dan Carlson, de CBN Israel, ISWI ayudó a preparar un lugar de descanso para los soldados solitarios. Este lugar no es sólo un dormitorio o un sitio donde tomar una comida caliente y pasar la noche. Estos soldados solitarios tienen un espacio dedicado para ellos con personas dedicadas en esta instalación esperando y listas para amar, cuidar y nutrir a los defensores de Israel.

Proyecto Soldado Solitario
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