¡Se recibe a una costurera necesitada!

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Oxana y su marido llegaron a la fe en Ucrania, donde reside una gran comunidad de judíos. Tras una experiencia que les cambió la vida en el año 2000, sintieron un profundo deseo de emigrar a Israel. Tres años después, pisaron la Tierra Prometida sin conocer a nadie, salvo a un pariente lejano de su marido.

Finalmente oyeron hablar de una congregación de judíos mesiánicos en Haifa y decidieron tomar un autobús para visitarla. Fue un nuevo soplo de aliento para ellos. Pero de camino a casa, su autobús volcó y no estaba claro si Oxana viviría o moriría.

Acababa de dar a luz a su segundo hijo y tenía la espalda, las costillas y la cadera rotas, además de una hemorragia interna. Pero la congregación de Haifa corrió la voz y mucha gente rezó. Se curó milagrosamente y recuperó la salud.

En Ucrania, Oxana había sido costurera profesional y quería continuar su oficio en Israel. Gracias a otro milagro, un hombre al que habían ayudado, alcohólico, le cedió su negocio de sastrería. Ella compró su equipo e inmediatamente su nuevo medio de vida despegó y se hizo muy rentable.

Sin embargo, su marido empezó a alejarse del Señor. Dejó de trabajar y, con sus nuevos amigos, derrochó en viajes al extranjero y otros artículos de lujo, mientras Oxana, ahora con cuatro hijos, trabajaba para llegar a fin de mes.

Durante 12 años trabajó duramente, mientras su marido acumulaba una deuda muy grande en préstamos. Se quedaba con todos sus ingresos y pegaba y maltrataba a los niños. Finalmente decidió que debía divorciarse. Él se marchó, dejándole a ella toda la deuda.

En su desolado estado, encontró una amable y cálida congregación en las afueras de Tel Aviv, pastoreada por Tony Sperandeo. Con gran generosidad, la ayudaron en todo lo posible; un miembro incluso reparó su tejado, que tenía terribles goteras.

Oxana trabajaba todos los días de 2.00 a 7.00, preparaba a los niños para ir al colegio y seguía trabajando hasta las 20.00. Pero se estaba hundiendo. Su máquina de coser estaba desgastada y, debido al estrés y a estar sentada todo el tiempo, le había salido una hernia discal.

Pidió ayuda a Dios. Sus hermanas de Ucrania pidieron un préstamo y vinieron a ayudarla durante un mes, mientras los médicos la curaban. Su congregación presentó una solicitud a IstandwithIsrael. Con los fondos, pudo comprar una nueva máquina de coser profesional y crear un espacio de trabajo en su casa para su negocio de costura.

Escribe: La ayuda de IstandwithIsrael me dio energía, alegría, ganas de trabajar y de seguir adelante. De todo corazón, estoy agradecida a IstandwithIsrael. Que el Señor os bendiga a vosotros, vuestro trabajo y vuestros corazones. Que siempre tengáis la capacidad de ayudar a los demás y recibáis por ello una bendición de Dios.

Publicado: 1 de agosto de 2019