En las últimas décadas, los judíos mesiánicos han inmigrado a Israel de todas partes del mundo. Han luchado contra la discriminación, los estigmas y los obstáculos migratorios. Asimismo, se han ganado la reputación de ser leales y buenos ciudadanos. Ahora, millones de judíos no catalogados como ultraortodoxos y que viven fuera de Israel, se están enfrentando a la posibilidad real de no continuar siendo elegibles para inmigrar a la tierra prometida a sus antepasados. Pero ¿por qué?