No teníamos nada que ocultar, así que le dijimos a la periodista que podía asistir a los servicios. Se reunió con varios adolescentes y conversó con ellos acerca de su fe. Se sorprendió al ver a los jóvenes tan entregados al Dios de Israel y nos comentó la influencia positiva que esta conferencia estaba teniendo en ellos. Una vez terminada, llamó a uno de los líderes del equipo de jóvenes y le dijo: «Me conmovió tanto lo que vi, que ahora que estoy en casa, temo encender la televisión o la radio por miedo a perder esta maravillosa sensación. El público tiene que saber sobre ustedes», exclamó entusiasmada... Tres semanas después, apareció en la sección de revista de fin de semana de su periódico un artículo de cuatro páginas sobre la conferencia. El título de la portada gritaba Tsahyahdey Hanefashot, traducido como «cazadores de almas»...