Un día, él y su intérprete cruzaron la buena frontera en su coche Volkswagen de camino a la estación de radio. De repente, había cohetes volando hacia su coche. David le imploró al Señor y, de la nada, vio una visión de un enorme ángel que atrapaba uno de esos cohetes y lo lanzaba de regreso a donde provenía.