Arriba: Antes del 7 de octubre, los gazatíes protestaban regularmente contra Israel y Occidente como si fueran uno solo.
Si estás leyendo esto, es probable que vivas en un país libre. Una tierra donde, al menos según las leyes, eres libre de pensar por tu cuenta y creer lo que quieras sin la amenaza de la cárcel o la muerte. Si vives en un país así, perteneces a una minoría privilegiada. La mayor parte de la población mundial no disfruta de esa libertad y se esfuerza para que tampoco tú puedas disfrutar de esas libertades.
Puede resultar sorprendente, pero históricamente, cuanto más conocía una sociedad al Dios de Israel y a Su Palabra, más libre se volvía. Si con el tiempo se alejaban de la verdad de las Escrituras, ya fuera por ignorancia o negligencia, más corrupta y controladora se volvía la cultura.
Por eso tu fe en Dios es más que la simple creencia de que Yeshúa murió por tus pecados y ahora puedes ir al cielo. Él tiene un plan para esta vida, e Israel es una parte importante de ese plan. La forma en que tú, tu comunidad y tu nación se involucren en ese plan afectará de manera significativa tu vida y la vida y las libertades de tus hijos y nietos.
Así que para este número, hemos hecho una lista de diferentes Escrituras que apuntan a una parte importante del plan de Dios para los siglos: ¡la promesa de una tierra para Israel, la expulsión del pueblo después de la desobediencia y el eventual regreso y restauración de Israel a su tierra y a Él mismo! Todo esto ocurre, por supuesto, con el trasfondo de una oposición masiva a este plan por parte del Reino de las Tinieblas.
Las promesas del pacto de Dios, desde Abraham a José
A Abraham
Y pasó Abram por aquella tierra hasta el lugar de Siquem... El Señor se apareció a Abram y le dijo: «A tu descendencia daré esta tierra». Génesis 12:6-7
A Abraham
Y no serás llamado más Abram, sino que tu nombre será Abraham… Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra de tus peregrinaciones, toda la tierra de Canaán como posesión perpetua. Y Yo seré su Dios. Génesis 17:5,8
A Isaac
El Señor se le apareció a Isaac y le dijo: «No desciendas a Egipto. Quédate en la tierra que Yo te diré. Reside en esta tierra y Yo estaré contigo y te bendeciré, porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras. Génesis 26:2-3
A Jacob
Yo soy el Señor, el Dios de tu padre Abraham y el Dios de Isaac. La tierra en la que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia. Génesis 28:13
De José
Y José dijo a sus hermanos: «Yo voy a morir, pero Dios ciertamente cuidará de ustedes y los hará subir de esta tierra a la tierra que Él prometió en juramento a Abraham, a Isaac y a Jacob». Génesis 50:24 a la tierra que Él prometió en juramento a Abraham, a Isaac y a Jacob Génesis 50:24Las promesas del pacto de Dios, desde Moisés al rey David
A Moisés
Y los llevaré a la tierra que juré solemnemente con la mano en alto dar a Abraham, Isaac y Jacob. Yo, el Señor, les daré a ustedes posesión de ella. Éxodo 6:8
A los israelitas
El Señor le dijo a Moisés: «Hazles saber a los israelitas que las fronteras de Canaán, la tierra que van a recibir en heredad, serán las siguientes… Números 34:2
A Josué
Por eso tú y todo este pueblo deberán prepararse para cruzar el río Jordán y entrar a la tierra que daré a los israelitas. Tal como prometí a Moisés, les entregaré a ustedes todo lugar que toquen sus pies. Josué 1:2-3
Del rey David
Se acordó siempre de su pacto, la palabra que ordenó para mil generaciones; del pacto que hizo con Abraham y del juramento que hizo a Isaac. Se lo confirmó a Jacob como un estatuto, a Israel como un pacto eterno, cuando dijo: «Te daré la tierra de Canaán como la herencia que te corresponde».
1 Crónicas 16:15-18
La promesa de Dios del regreso, desde los Profetas a Pablo
Me regocijaré en favorecerlos y con todo mi corazón y con toda mi alma los plantaré firmemente en esta tierra. Jeremías 32:41
Tal como traje esta gran calamidad sobre este pueblo,
yo mismo voy a traer sobre ellos todo el bien que he prometido. Se comprarán campos en esta tierra. Jeremías 32:42-43
Habitarán en la tierra que di a mi siervo Jacob, donde vivieron sus antepasados. Ellos, sus hijos y sus nietos vivirán allí para siempre, y mi siervo David será su príncipe eterno. Ezequiel 37:25
Haré regresar a mi pueblo a Israel; ellos reconstruirán las ciudades arruinadas y vivirán en ellas. Plantaré a Israel en su propia tierra para que nunca más sea arrancado de la tierra que yo le di. Amós 9:14-15
Salvaré a mi pueblo de los países de oriente y de occidente. Los haré volver para que vivan en Jerusalén; ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios, en la verdad y en la justicia.
Zacarías 8:7-8
La promesa de Dios del regreso, desde los Profetas a Pablo
Yo fortaleceré a Judá
y salvaré a las tribus de José. Yo los haré regresar porque tengo compasión de ellos. Será como si nunca los hubiera rechazado, porque yo soy el Señor su Dios, y les responderé. Zacarías 10:6
Los traeré de Egipto, los recogeré de Asiria Los llevaré a Galaad y al Líbano y ni siquiera así tendrán espacio suficiente. Zacarías 10:10
Por eso —afirma el Señor—, vienen días en que ya no se dirá: «Tan cierto como que vive el Señor, quien hizo salir a los israelitas de la tierra de Egipto», sino: «Tan cierto como que vive el Señor, quien hizo salir a los israelitas de la tierra del norte y de todos los países adonde los había expulsado». Yo los haré volver a su tierra, la que antes di a sus antepasados. Jeremías 16:14-15
Y lo he hecho por mí, por mi honor. ¿Cómo puedo permitir que se me profane? ¡No cederé mi gloria a ningún otro! Escúchame, Jacob, Israel, a quien he llamado: Yo soy Dios. Yo soy el Primero y el Último.
Isaías 48:11-12
¿Por qué están tan enfadadas las naciones?
¿Por qué se rebelan las naciones y en vano conspiran los pueblos? Salmos 2:1
CIUDADES DE TODO EL MUNDO
Las protestas contra Israel tienen estrategias muy diversas: desde el caos callejero bien financiado hasta el adoctrinamiento de estudiantes universitarios, o la denuncia oficial de crímenes de guerra ante el Tribunal Penal Internacional.
La promesa de Dios del regreso, la restauración y la salvación
Los sacaré de entre las naciones, los reuniré de entre todos los pueblos y los haré regresar a su propia tierra. Los rociaré con agua pura, y quedarán purificados. Los limpiaré de todas sus impurezas e idolatrías. Les daré un nuevo corazón y derramaré un espíritu nuevo entre ustedes; quitaré ese corazón de piedra que ahora tienen y les pondré un corazón de carne. Infundiré mi Espíritu en ustedes y haré que sigan mis estatutos y obedezcan mis leyes. Vivirán en la tierra que di a sus antepasados; ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios.
Multiplicaré el fruto de los árboles y las cosechas del campo para que no sufran más entre las naciones la deshonra de pasar hambre.
El día que yo los purifique de todas sus iniquidades, poblaré las ciudades y reconstruiré las ruinas. Se cultivará la tierra desolada; ya no estará desierta a la vista de cuantos pasan por ella. Entonces se dirá: «Esta tierra, que antes yacía devastada, es ahora un jardín de Edén; las ciudades que antes estaban en ruinas, desoladas y destruidas, están ahora habitadas y fortificadas». Entonces las naciones que quedaron a su alrededor sabrán que yo, el Señor, reconstruí lo que estaba derribado y replanté lo que había quedado como desierto. Yo, el Señor, lo he dicho y lo cumpliré.
Ezequiel 36:24-28,30, 33b-36